Ir al contenido principal

Los hijos no te escuchan, te observan...



Cuando pensabas que no te veía, te vi pegar mi primer dibujo al refrigerador e inmediatamente quise pintar otro.                           
Cuando pensabas que no te veía, te vi arreglar y disponer de todo en nuestra casa para que fuese agradable vivir, pendiente de detalles, y entendí que las pequeñas cosas son las cosas especiales de la vida.                              

Cuando pensabas que no te veía, te escuché pedirle a Dios y supe que existía un Dios al que le podría yo hablar y en quien confiar.                             

Cuando pensabas que no te veía, te vi preocuparte por tus amigos sanos y enfermos y aprendí que todos debemos ayudarnos y cuidarnos unos a otros.                              

Cuando pensabas que no te veía, te vi dar tu tiempo y dinero para ayudar a personas que no tienen nada y aprendí que aquellos que tienen algo deben compartirlo con quienes no tienen.                              

Cuando pensabas que no te veía, te sentí darme un beso por la noche y me sentí amado y seguro.                            

Cuando pensabas que no te veía, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella y aprendí a cuidar lo que se nos da.                             

Cuando pensabas que no te veía, vi cómo cumplías con tus responsabilidades aún cuando no te sentías bien, y aprendí que debo ser responsable cuando crezca.                              

Cuando pensabas que no te veía, vi lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, y que está bien llorar.                              

Cuando pensabas que no te veía, vi que te importaba y quise ser todo lo que puedo llegar a ser.       

Cuando pensabas que no te veía, aprendí casi todas las lecciones de la vida que necesito saber para ser una persona buena y productiva cuando crezca.                              

Cuando pensabas que no te veía, te vi  y quise decir: Gracias por todas las cosas que vi, cuando pensabas que no te veía. 
                           
"NO  TE PREOCUPES PORQUE TUS HIJOS NO TE ESCUCHAN... TE OBSERVAN TODO EL DÍA".                             

Madre Teresa de Calcuta

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Vivir en vida

Al nacer y al reinventarnos, cada ser humano es como una hoja de papel en blanco, un papel que no contiene nada pero también contiene todas las posibilidades. Cada uno de nosotros está llamado a escribir en esa hoja en blanco: lo que es posible (según lo que conocemos), lo que es imposible (según nuestros miedos y creencias), lo que es visible (según lo que consideramos que es nuestra realidad) y lo desconocido (según la capacidad que tenemos de creer y confiar en lo milagroso o desconocido). Cada nuevo día tenemos la oportunidad de reescribir o modificar lo que en ese papel hemos escrito. Al final de cuentas, el presente y el pasado se pueden transformar cuando aprendemos a observar “la misma escena” desde una percepción diferente. Somos libres de observar el pasado desde el dolor y sufrimiento, o bien, observarlo desde lo que la vida nos está mostrando para fortalecernos y demostrarnos que aquello imposible y desconocido en lo que no nos atrevemos a confiar, es tan real como n

Inclusión, ¿una utopía o una realidad?

Inclusión... ¿una utopía?, ¿un ideal?, ¿un sueño inalcanzable para la raza humana? No lo sé, pero mientras exista el mal entendimiento de que somos una especie con una inmensa diversidad y por lo tanto de inagotables diferencias, será un reto entender de raíz lo que es la inclusión y llevarla a cabo. La inclusión no debe ocurrir únicamente con personas con diagnósticos neurológicos o biológicos, la inclusión debe ocurrir bajo cualquier circunstancia en la que una persona o un grupo de personas sean mal entendidas por el resto. La exclusión ocurre con los adolescentes están por vivir una etapa mal entendida y los tachamos de rebeldes, no pensantes e irresponsables; con el autismo por ser una condición que no tiene explicación "lógica" y por lo tanto, no hay lógica general para relacionarse con ellos. Con los diagnósticos en los que faltan o sobran cromosomas porque físicamente nos parecen diferentes y sus necesidades biológicas son muy diferentes a las del resto. Co